miércoles, 26 de marzo de 2014

Que SÍ me recortes!

 Cuando creé este blog, una de las cosas que me llevó más tiempo fue pensar el nombre que le pondría. Acertado o no, al final opté por No Me Recortes, ya que por aquella época, y aún hoy, se hablaba mucho sobre si los recortes eran necesarios para poder superar esta crisis en la que nos encontramos, y pensé que era un nombre que podía servir para un blog de economía. Hoy, casi un año después, os voy a hablar sobre recortes.


Para empezar os voy a explicar un poco qué es el famoso déficit. El Estado, como si fuera una familia cualquiera, tiene unos ingresos y unos gastos que tiene que cubrir cada año. Si los primeros superan a los segundos, podemos hablar de superávit. Si, por el contrario, los gastos son mayores, ahora sí, estamos hablando de déficit. Fácil, ¿verdad?

Os hago la siguiente pregunta. ¿Sabéis cuantos años el Estado (post Franco) ha tenido déficit? Acabamos antes si decimos los años que NO lo ha tenido. Tres. 2005, 2006 y 2007. Pensad bien en la barbaridad que acabo de decir. ¡El Estado ha gastado más de lo que ha ingresado casi todos los años de su vida moderna! 
 

Me vais a perdonar, pero si yo intento hacer esto me cortan el grifo de crédito más pronto que tarde. Al Estado, sin embargo, no. Puede pedir prestado, año sí, año también. Es lo que se llama deuda pública. Éste emite, seguramente hayáis oído hablar, bonos y letras del Estado. Ni más ni menos que pedir dinero prestado a cambio de un interés fijo. Este interés, por supuesto, va a la parte de gastos que las administraciones públicas (AAPP a partir de ahora) tienen que hacer frente cada año.

Y ¿por qué no intentan ingresar más? La única vía que tiene el Estado para ingresar dinero son los impuestos. IVA (impuesto al consumo) e IRPF (impuesto a la renta) se llevan la palma aquí. Entre los dos suman un 75% del total.


Como bien sabéis, el gobierno de Rajoy ya subió el IVA en 2012 (del 18 al 21%) con el objetivo de paliar el déficit. El resultado, pero, no fue el esperado. La recaudación se ha mantenido más o menos igual pero el consumo de las familias, al ser los productos más caros, ha bajado.

La otra opción, subir el IRPF, también se ha probado recientemente. También fue el gobierno de Rajoy, en 2013, el que subió los tipos. Hay que decir que España es de los países de la UE con el impuesto sobre la renta (IRPF) más alto, y que, por tanto, subirlo más aún no parece una buena idea. No lo será ya que cuanto más alto sea este impuesto sobre la gente con más renta, más optarán por llevarse su dinero a sitios donde sea más bajo y el efecto que provocará esta subida será el inverso al deseado.


También se puede subir el impuesto de sociedades (10% del ingreso total). De hecho, este es un debate a la orden del día. Seguro que habéis visto en la prensa alguna noticia sobre cómo Apple, o Google, por ejemplo, pagan una cantidad irrisoria de impuestos en España, a pesar de que el impuesto de sociedades es del 30% sobre el beneficio. Ocurre porque algunas multinacionales (de forma legal, por cierto), pagan los impuestos en países con menos carga (Irlanda en el caso de las dos mencionadas antes). El papel del Estado no es fácil aquí, ya que hay quien puede considerar poco ético reducir la carga impositiva a estas grandes empresas de beneficios multimillonarios con el objetivo de que no eludan los impuestos a otros países. Sin duda este es un problema para todos los países, que compiten entre ellos en este mundo cada vez más globalizado.

En resumen, tenemos unos ingresos que no podemos aumentar (no de manera sencilla y a corto plazo). Pero sin embargo, tenemos unos gastos que SÍ podemos recortar.

  • Pero si tu blog se llama NO Me Recortes!”

Vale. Un momento. Es importante saber que el total del gasto público no va destinado al beneficio social. Ni mucho menos. Cuando yo hablo de que sí que se puede (y se debe) recortar, me refiero a que hay mucho (muchísimo) donde hacerlo sin tener que tocar estos beneficios sociales que tanto gustan a la gente.

En el siguiente gráfico podéis ver perfectamente la estructura de gasto del Estado desde el año 95.


La parte roja, beneficio social, recoge los gastos en pensiones, educación y sanidad, entre otros. La azul es para los salarios. Hay que pagarle a los funcionarios. La verde es lo que comentaba al principio del post. Los intereses del dinero que nos prestan hay que pagarlos año a año. Como veis, es un gasto que va aumentando. Lógico, ya que cada vez estamos acumulando más deuda. Por último, en color gris, el siempre presente apartado “otros”. En el caso que nos ocupa éste se forma de muchos conceptos. Subvenciones, gasto militar, iglesia, política exterior (embajadas y demás), inversiones, infraestructuras, etc.

Podéis observar de manera rápida que la parte roja es más o menos sólo 1/3 del total de gasto. Como os decía antes, hay muchísimo por donde pasar la tijera (véase apartado otros). Hay multitud de gastos que se podrían recortar perfectamente.

  • ¿Entonces cuál es el problema?”

El de siempre. Los políticos no se van a recortar a ellos mismos. España es un Estado hipertrofiado, donde hay muchas AAPP duplicadas o incluso triplicadas que hacen lo mismo y que gastan para sus propios intereses. Gobierno central, autonomías, diputaciones, consejos comarcales, ayuntamientos... ¿En serio necesitamos a todos estos políticos? Es evidente que no. Además, éstos no vienen solos. Coches oficiales, seguridad, asesores y un largo etcétera de vividores que es necesario sacar de nuestra factura anual de gasto.

Mientras acabo de escribir este post leo que el gobierno va a rescatar a las concesionarias de diversas autopistas que no pueden pagar la deuda contraída con algunos bancos. 2400 millones de € más que vamos a tener que pagar entre todos. ¿Alguien me puede explicar porqué el Estado tiene que rescatar a una constructora privada que tiene deudas con bancos privados? Así nos va...

4 comentarios:

  1. graficos de excel...... WTF??? haha

    ResponderEliminar
  2. Son los primeros que he pillado por internet, no los he hecho yo...

    ResponderEliminar
  3. He tardado unos días en hacerlo pero como te dije, aquí va mi crítica, un poco más profunda que la del colega de los gráficos.

    Puedo estar de acuerdo con la creo que es tu conclusión principal, es decir que interponen los intereses de las clases políticas y las fuerzas del capital que les rodean al intereses del total de la sociedad o “Beneficio social” como tú lo llamas. Estoy totalmente que de acuerdo en que existen mil aspectos en los que se debe p asar la tijera antes de hacerlo por la educación o la sanidad pública (entre otros). Lo hemos hablado muchas veces y en eso estamos de acuerdo, hablando mal y generalizando son todos unos corruptos y unos sinvergüenzas. Pero quiero ir un poco lejos que mis amigos del #15M.

    Eso si, como bien dices, si hay que recortar debería de ser de gastos militares y cositas de estas no? Pues si se recorta de aquí a mí al menos no me están recortando nada, así que no estoy de acuerdo con el título de la entrada y digo bien alto que a mi #NoMeRecortes jajaja

    Si leo mas allá de esta conclusión entiendo que asumes varios aspectos que yo no ese trabaja estoy dispuesto a asumir tan a la ligera. Desde los medios de comunicación se trabaja para generar esta opinión pública generalizada. Me refiero al concepto de la tijera como único instrumento para superar una depresión económica.

    No entiendo por que tenemos que asumir que a las grandes fortunas, a las grandes empresas (locales o extranjeras me da igual) se le tiene que tener en “palmitas”. Cuando leo discursos como los tuyos siempre saco la misma conclusión, y es que me niego a aceptar un sistema que priorice el bienestar de los que ya están mucho mejor que tu y yo.

    Entiendo el hecho de que si no se les tiene en palmitas cogen sus millones y se largan a otro lado sin decir adiós. Pero cuando criticas, y ya que te has puesto a criticar, podías proponer algo para que esta situación dejara de ser así. Y claro está que estas medidas no corresponden a Mariano y sus colegas (y que aun correspondiendo…) pero me parece puestos a proponer lo ideal sería una regulacion intencional.

    Alee

    ResponderEliminar
  4. Vamos a ver. Por partes.

    Parece que estamos de acuerdo en que sí que hay cosas en las que es necesario recortar el gasto. De hecho, no creo que nadie que no sea político no lo esté. Tú preferirás que sea el ejército, otro que sea la Iglesia y otro preferirá que echen a la puta calle a Pepito de los palotes, que está de asesor del asesor del alcalde de Villarriba. El caso es que como tú bien dices (y yo también), hay por donde pasar la tijera antes de tocar educación y sanidad. Tema aparte tienen estos dos conceptos, por cierto. Pero ahora no es el momento.

    Por otro lado criticas a las grandes fortunas. Dices que las tenemos en "palmitas". No sé a ti, pero a mi cobrarles entre un 50 y un 55% de sus rentas (tramo más alto de IRPF) no me parece tenerlos en "palmitas", precisamente. Me parece más bien un robo.

    Seguramente tu argumento sea que las grandes fortunas en realidad no tributan ese 55%, que se llevan sus fortunas a otra parte (culpa de que no haya tu demandada, y a la vez poco (nada?) factible regulación internacional) o que meten su dinero en SICAVs. Pues te diré que son las rentas medias- altas (30k+ al año) las que soportan casi toda la recaudación en IRPF. Las rentas más bajas (menos de 12k) aportan únicamente un 1.5% de la recaudación y suponen el 40% del total de contribuyentes.

    Respecto a las empresas, el tema es distinto y más complejo. No sólo tienes que mirar la parte de recaudación que proporcionan al Estado, que es poca, muy poca, respecto a las PYMEs. Hay que estudiar otros factores, como el número de puestos de trabajo que generan, por ejemplo, y entre otras cosas. Yo no lo he hecho, y no tengo ni idea de si mantenerlas más a raya en temas tributarios sería al final beneficioso para la gente o no.

    El tema de la regulación internacional (vuelvo a decirlo) me parece muy, muy complejo, y te invito a que hagas una entrada explicando detalladamente como lo harías tú, en favor de quien iría y los pros y los contras que conllevaría, tanto para los Estados como para las empresas.

    ResponderEliminar