Bienvenidos al nuevo
programa de televisión de Mediaset. Es un concurso que emitirán todos
los días por la tarde y que tendrá el mejor share de la franja horaria. Se
trata de un sencillo concurso en el que hay 3 puertas (A, B y C) que esconden o
bien una cabra o el maravilloso coche con el que siempre has soñado. Tu como
concursante debes elegir una de las tres puertas y rezar para que no salga una
cabra y sí el coche. Eh, espera, ¿He dicho rezar? Esto es un blog de economía,
no vamos a rezar, vamos a elevar al máximo nuestras opciones de ganar el coche
usando la estadística y el sentido común.
Como acabo de decir,
rezar, intuir o creerse brujo, es lo que hacen el 99% de los concursantes. Por
suerte hay el otro 1% que usará la cabeza y las matemáticas. Como no puede ser
de otra manera, estoy seguro que los maravillosos e inteligentes lectores de este
blog estáis en el 1% de los elegidos.
Vayamos al tema,
supongamos que somos la persona con más intuición del mundo y sabemos que el
coche está escondido en la puerta A, así que elegimos esa puerta. Una vez
elegida la opción A, el presentador, que sabe que hay detrás de cada una,
para darle más emoción y suspense al programa nos abre la puerta B, en la
que hay una pobre cabra con cara de dónde me han metido. Ahora Jesús Vázquez
(sí, siempre ponen el mismo presentador en todos los concursos) nos ofrece la
opción de seguir con nuestra opción inicial (A), o por el contrario cambiar a
C. Es decir quedan 2 puertas por abrir, por lo tanto a priori es ½ (50%) de
probabilidades de ganar el coche, así que debería ser bastante indiferente
entre cambiar o no. ERROR.
Hagamos el
procedimiento que me tocó hacer en el examen final de Estadística II. Lo cierto
es que tenemos 2 opciones: quedarnos con nuestra elección inicial o cambiarla
cuando el presentador ya nos ha abierto otra puerta.
¿Qué pasa si nos
quedamos con la elección inicial?
- Si al
inicio elegimos la puerta del coche, el presentador puede abrir cualquiera
de las otras 2 puertas (ya que las dos contienen una cabra). Si NO
CAMBIAMOS de puerta cuando el presentador nos lo propone, tenemos ⅓ (33’3
%) de ganar.
- Si por el
contrario nuestra elección inicial ha sido una puerta que contiene una
cabra, el presentador sólo tiene la opción de abrir una puerta (la cabra
restante). Si NO CAMBIAMOS de puerta cuando el presentador hace la
propuesta, tenemos ⅔ (66’6%) de perder.
Pero, ¿Qué pasaría
si decidimos hacer el cambio cuando el presentador ya ha abierto una puerta que
contiene una cabra?
- Si en
nuestra primera elección elegimos la puerta del coche (⅓), el presentador
puede abrir cualquiera de las 2 puertas restantes, y cuando CAMBIAMOS de
puerta perdemos. Tenemos ⅓ de probabilidades de perder.
- Si en
nuestra primera elección elegimos una puerta que esconde una cabra (⅔), el
presentador sólo puede abrir una de las 2 puertas que quedan, ya que
obviamente no mostrará el coche. Entonces si CAMBIAMOS de puerta ganaremos
siempre. Tenemos ⅔ de ganar.
En conclusión, si no
cambiamos de puerta tenemos ⅓ (33%) de probabilidades de ganar, mientras que si
por el contrario decidimos cambiar la puerta cuando el presentador nos lo
propone tendremos ⅔ (66%) de probabilidades de ganar. Así que lo que nos conviene
es cambiar la puerta, hecho que choca con la previsión inicial de que daba
igual ya que intuíamos que era un 50%. Esto es así ya que el presentador sabe
qué hay detrás de cada puerta y elige después de nosotros.
Ahora que ya sabéis
cómo encontrar las máximas opciones de ganar el estupendo Ferrari rojo, siento
deciros que el concurso no se va a estrenar ni en Mediaset, ni Atresmedia, ni
en ninguna cadena televisiva. aunque muchos de vosotros habréis visto algún
programa parecido. Así que si alguna vez os encontráis en un programa así o en
un examen final de Estadística II, no recéis, usad la cabeza.
* El juego se llama
el Problema de Monty Hall y sale en varias películas como por ejemplo 21 Black
Jack.
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